Las 2 caras de la moneda.
"Disculpe señor… ¿tiene cambio de cien… en monedas?”. Con una deformación de la lírica rockera comienza este post cuyo objetivo es desenmascarar el plan secreto que conllevan, en conjunto, todas las poderosas empresas de un mismo rubro.
Todos los días la misma historia: me levanto sabiendo lo que necesito, entonces reviso los bolsillos, luego la mochila, minutos mas tarde entre los apuntes universitarios, por ultimo de nuevo en los bolsillos. Resultado final: dos monedas de 10 centavos cada una. Tras la clásica frase de resignación (“Paso por el kiosco y me van a dar monedas…”) parto hacia mi encuentro diario con el transporte publico.
Como mencione en el último párrafo, antes de aquella preciosa y emotiva ceremonia, me detengo en uno de esos negocios donde, por lo general, te atiende una persona que lleva despierto mucho más tiempo que vos (dato muy importante). Se lleva a cabo la rutina que paso a describir:
GATO: “Buenos días señor. ¿No me cambiaria monedas que no tengo para viajar?”
SEÑOR AMABLE: “No pibe. ¿Qué te pensás que es esto? ¿Un banco?”
GATO: “Disculpe usted… ¿Me vendería un alfajor?”
SEÑOR KIOSQUERO: “Un peso con veinte”
(GATO piensa, las cuentas no le salen pero, terco, decide proceder)
GATO: “Bueno… me lo llevo.”
(GATO saca un billete con la cara de San Martín y se lo entrega al vendedor)
SEÑOR CARERO: “¿No tenés por casualidad veinte centavos para darme?”
GATO: “¡Mire que casualidad!, es justo la cantidad que tengo. Tome buen hombre.”
VIEJO GARCA: “Gracias pibe, acá tenés tu vuelto, agarrá el alfajor del mostrador.”
(GATO toma sus cosas y sigue su trayecto lentamente. A los pocos metros se detiene como pensando en algo, desde adentro del kiosquito se escucha una fuerte carcajada)
GATO: “¡A ese viejo hijo de puta no le compro nunca mas!”
HIJO DE MIL PUTAS: “Este boludo cae todos los días.”
Este suceso se repite una y otra vez en diferentes expendios hasta que por fin consigo el vil metal y consigo el pasaje para poder subirme al ómnibus dotado de: dos paquetes de chicles, un alfajor blanco con dulce de leche, media docena de vigilantes, el Ole, un Big Mac, un ramo de rosas rococo rosadas, un cuarto kilo de alimento balanceado para hamster y un pase gratis para un SPA el fin de semana (¿Quién fue el enfermo que puso un SPA en Lanus?). Me hubiese salido mas barato alquilar una limousine majeada por el cantante de Volcán.
Es en este párrafo donde llegamos al nudo central de la cuestión: ¿Dónde van a parar las monedas? Bien… si alguno de ustedes, lectores, tuvo la fortuna de completar el primer grado de la primaria habrá estudiado el ciclo del agua (cae en forma de lluvia en el río, después el solcito con cara de alegría la evapora y vuelve a caer en forma de lluvia), bueno, con las monedas debería suceder algo parecido: José Empresa de Colectivos las saca de las maquinas y se las da a sus empleados para que paguen sus bienes y servicios en los mismos negocios donde luego nosotros vamos a comprar y nos dan monedas al por mayor. Sin duda algo esta fallando.
TEORIA ELABORADA POR “LA OTRA NOCHE”:
Los más altos empresarios de la industria de transporte de pasajeros de corta distancia se unieron conformando la O.E.T.U.M. (Organización de Empresarios de Transporte Unidos por Moyano). Este grupo, no conforme con ofrecer el maravilloso servicio que nos brindan, quieren dar más a la gente por la que se deben enteros.
Dentro de 50 años, cuando las reservas de agua en nuestro planeta no alcancen mas que para hidratarnos un poco y bañarnos de vez en cuando, ellos contarán con una suma de monedas tal como para llenar una piscina de 30 metros de largo, 10 de ancho y 2,5 de profundidad en la parte mas honda. También harán una estatua del Tío Rico con los boletos que la gente deja en las hendijas de las ventanillas para decorar el predio.
Esta maravillosa idea estará accesible para todos nosotros en épocas de mucho calor cuando no tengamos donde refrescarnos. La entrada podría pagarse tranquilamente en billetes y el vuelto te lo darán en caramelos “Media Hora”.
Antes de cerrar, les comento que, algún que otro día, también me gusta regresar a mi casa, por lo que el parto se realiza otra vez, a las 13:30 horas, en alguna sucursal del Banco Nación:
GATO: “Buenos días señor. ¿No me cambiaria monedas que no tengo para viajar?”
CAJERO: “No pibe. ¿Qué te pensás que es esto? ¿Un banco?”
GATO: “Disculpe usted… ¿Me vendería un alfajor?”
Todos los días la misma historia: me levanto sabiendo lo que necesito, entonces reviso los bolsillos, luego la mochila, minutos mas tarde entre los apuntes universitarios, por ultimo de nuevo en los bolsillos. Resultado final: dos monedas de 10 centavos cada una. Tras la clásica frase de resignación (“Paso por el kiosco y me van a dar monedas…”) parto hacia mi encuentro diario con el transporte publico.
Como mencione en el último párrafo, antes de aquella preciosa y emotiva ceremonia, me detengo en uno de esos negocios donde, por lo general, te atiende una persona que lleva despierto mucho más tiempo que vos (dato muy importante). Se lleva a cabo la rutina que paso a describir:
GATO: “Buenos días señor. ¿No me cambiaria monedas que no tengo para viajar?”
SEÑOR AMABLE: “No pibe. ¿Qué te pensás que es esto? ¿Un banco?”
GATO: “Disculpe usted… ¿Me vendería un alfajor?”
SEÑOR KIOSQUERO: “Un peso con veinte”
(GATO piensa, las cuentas no le salen pero, terco, decide proceder)
GATO: “Bueno… me lo llevo.”
(GATO saca un billete con la cara de San Martín y se lo entrega al vendedor)
SEÑOR CARERO: “¿No tenés por casualidad veinte centavos para darme?”
GATO: “¡Mire que casualidad!, es justo la cantidad que tengo. Tome buen hombre.”
VIEJO GARCA: “Gracias pibe, acá tenés tu vuelto, agarrá el alfajor del mostrador.”
(GATO toma sus cosas y sigue su trayecto lentamente. A los pocos metros se detiene como pensando en algo, desde adentro del kiosquito se escucha una fuerte carcajada)
GATO: “¡A ese viejo hijo de puta no le compro nunca mas!”
HIJO DE MIL PUTAS: “Este boludo cae todos los días.”
Este suceso se repite una y otra vez en diferentes expendios hasta que por fin consigo el vil metal y consigo el pasaje para poder subirme al ómnibus dotado de: dos paquetes de chicles, un alfajor blanco con dulce de leche, media docena de vigilantes, el Ole, un Big Mac, un ramo de rosas rococo rosadas, un cuarto kilo de alimento balanceado para hamster y un pase gratis para un SPA el fin de semana (¿Quién fue el enfermo que puso un SPA en Lanus?). Me hubiese salido mas barato alquilar una limousine majeada por el cantante de Volcán.
Es en este párrafo donde llegamos al nudo central de la cuestión: ¿Dónde van a parar las monedas? Bien… si alguno de ustedes, lectores, tuvo la fortuna de completar el primer grado de la primaria habrá estudiado el ciclo del agua (cae en forma de lluvia en el río, después el solcito con cara de alegría la evapora y vuelve a caer en forma de lluvia), bueno, con las monedas debería suceder algo parecido: José Empresa de Colectivos las saca de las maquinas y se las da a sus empleados para que paguen sus bienes y servicios en los mismos negocios donde luego nosotros vamos a comprar y nos dan monedas al por mayor. Sin duda algo esta fallando.
TEORIA ELABORADA POR “LA OTRA NOCHE”:
Los más altos empresarios de la industria de transporte de pasajeros de corta distancia se unieron conformando la O.E.T.U.M. (Organización de Empresarios de Transporte Unidos por Moyano). Este grupo, no conforme con ofrecer el maravilloso servicio que nos brindan, quieren dar más a la gente por la que se deben enteros.
Dentro de 50 años, cuando las reservas de agua en nuestro planeta no alcancen mas que para hidratarnos un poco y bañarnos de vez en cuando, ellos contarán con una suma de monedas tal como para llenar una piscina de 30 metros de largo, 10 de ancho y 2,5 de profundidad en la parte mas honda. También harán una estatua del Tío Rico con los boletos que la gente deja en las hendijas de las ventanillas para decorar el predio.
Esta maravillosa idea estará accesible para todos nosotros en épocas de mucho calor cuando no tengamos donde refrescarnos. La entrada podría pagarse tranquilamente en billetes y el vuelto te lo darán en caramelos “Media Hora”.
Antes de cerrar, les comento que, algún que otro día, también me gusta regresar a mi casa, por lo que el parto se realiza otra vez, a las 13:30 horas, en alguna sucursal del Banco Nación:
GATO: “Buenos días señor. ¿No me cambiaria monedas que no tengo para viajar?”
CAJERO: “No pibe. ¿Qué te pensás que es esto? ¿Un banco?”
GATO: “Disculpe usted… ¿Me vendería un alfajor?”