Caerbajo.com
Presioné el botón numero 5 del ascensor, como todas las tardes en mi trabajo. Pero en esta ocasión me toco ir acompañado durante todo el trayecto por un hombre y una señorita. Éramos tres, siempre y cuando no contáramos a los 250 perros que tiró el flaco en esos 5 pisos. Arrancó con dejarla subir primero (caballerosidad), en él entre piso le criticó el peinado, pero antes de llegar al primero le dijo que igual era linda (amague). En el segundo le dijo que le encantaría tener ese pelo, pero no en su cabeza (acoso sexual). Pasando el tercero se le acercó para acomodarle el flequillo (violencia familiar) y en el quinto empezó a babear y tuvo un ataque epiléptico. Por suerte se abrió la puerta y me bajé, pero la anécdota me dejo en claro 3 cosas, a saber: primero, la chica era muy fea, segundo, soy invisible para el mundo y, por último, (la más importante de este posteo) que la gente puede caer muy bajo casi sin proponérselo.
Comencé a desmenuzar la web en busca de analogías a esto y me topé con una de las tantas paginas que se encargan de mandar publicidad no solicitada sobre el precio del viagra y alargamiento peneano bajo el lema: “Ingrese su nombre, su mail y su color de uñas y conocerá a la pareja de sus sueños”. No sé cuál será la pareja de los sueños de los creadores de ese site, pero la mía no va a buscarme a mí en ese lugar... bueno, probablemente no me busque en ningún lado, pero... ¡en ese lugar menos! De todas formas, solo por curiosidad me registré. Ingresé 178 millones de datos y me enviaron un informe realizado por un experto sobre mi personalidad: “Usted es una persona segura en sus decisiones, le gusta tomar el control de las situaciones que lo competen y su sueño es ponerse un carro de choripán en la costanera.” Luego comenzaron a llegarme correos de chicas que buscaban pareja en esa web donde sus características eran “ni gorda ni flaca”, “cariñosa”, “me gusta que me sean sincera”, “quiero mucho a mi perrito”, “mi peli favorita es La Era del Hielo”, etc. Derecho al ‘correo no deseado’, no sin antes sentir un gran aprecio por mi manera de ser loser, que está años luz por encima que la de estos entes.
Luego, como solo un gran boludo puede tropezar dos veces con la misma piedra, hice lo que creí más conveniente... me registré en otra de esas paginas. Completé los formularios con datos sensiblemente diferentes a los anteriores y el resultado fue: “Usted es una persona segura en sus decisiones, le gusta tomar el control de las situaciones que lo competen y su sueño es ponerse un carro de choripán en la costanera.”... O me están observando por medio de un satélite, o el “experto” es Bucay, o esto es todo un verso. No sé ustedes, pero yo me inclino por la segunda opción.
Mi camino al éxito amoroso continuó, celular en mano, enviando un SMS con la palabra “UNROCEYMEVOYENSECO” al 6969. Un sistema que nunca terminé de comprender; enviás un mensajito, te responden pidiéndote un dato, luego de mandarlo te responden solicitándote otro, y así hasta que se te acaba el crédito. INSERT COIN. Corrí al teléfono fijo y, claro, no pude mandar ningún mensaje con ese. Completamente deprimido llamé a un “chat telefónico” que apareció en los clasificados. En la sala que yo elegí (POCHOCLEROS CORREDORES) no había nadie, pero mientras esperaba noté entre los avisos del matutino uno que me hizo decidirme a bajar otro escalón mas: “Unión de pareja en 12 horas a cargo de la DOCTORA Mbrunzka, 99.9% de efectividad (como el Lysophorm).” En este caso, sus espíritus actuaron de oficio para asegurar que no había remedio y que, lo mío con Angelina Jollie no iba a poder ser de ninguna manera. Mi carta documento por publicidad engañosa y daños morales va en camino, señora de las bubbies.
Demasiada tensión, necesitaba relajarme, prendo la radio, una FM cualquiera, en la que un locutor cualquiera dice “y seguimos en este espacio radial denominado Buscando tu media naranja lima.” Miré al cielo, estaba seguro de que era una señal. Retorné al teléfono y disqué (que antigüedad) él numero de FM CUETAZO. Terminó de sonar el último tema de Alejandro Lerner y estaba on air:
LOCUTOR: “Bienvenido solterón, ¿cómo te llamas?”
YO: “Si, mira... yo acabo de hablar con una vieja que me dijo... ah; Gastón, buenas noches”
LOCUTOR: “Buenas noches amigo, ¿qué estas buscando?”
YO: “A Nemo... ¿no lo viste por ahí?”
LOCUTOR: “ja ja ja, humorista el amigo.”
YO: “Es en serio che, además... no soy tu amigo.”
LOCUTOR: “Bueno amigazo... ¿cómo son las características de la chica que buscas?”
YO: “Y... de entre 14 y 130...”
LOCUTOR: “Veo que no te interesa demasiado la edad.”
YO: “No.. la edad tampoco es importante.”
LOCUTOR: “¿Tampoco?”
YO: “Entre 14 y 130 kilos.”
LOCUTOR: “JA JA JA JA”
YO: “Me irrita la carcajada gruesa y forzada de los locutores, chau.”
YO: “Si, mira... yo acabo de hablar con una vieja que me dijo... ah; Gastón, buenas noches”
LOCUTOR: “Buenas noches amigo, ¿qué estas buscando?”
YO: “A Nemo... ¿no lo viste por ahí?”
LOCUTOR: “ja ja ja, humorista el amigo.”
YO: “Es en serio che, además... no soy tu amigo.”
LOCUTOR: “Bueno amigazo... ¿cómo son las características de la chica que buscas?”
YO: “Y... de entre 14 y 130...”
LOCUTOR: “Veo que no te interesa demasiado la edad.”
YO: “No.. la edad tampoco es importante.”
LOCUTOR: “¿Tampoco?”
YO: “Entre 14 y 130 kilos.”
LOCUTOR: “JA JA JA JA”
YO: “Me irrita la carcajada gruesa y forzada de los locutores, chau.”
Con lagrimas en los ojos colgué el tubo y salí corriendo a la calle. A los 20 metros me di cuenta que no había cerrado la puerta, así que volví a casa y ya no tuve ganas de volver a salir.
En final de la historia, como no podía ser de otra manera, como el de todas las novelas de las 16 horas, está lleno de felicidad y de perdices. Datá de una fructífera relación amorosa que comenzó con mi delgado cuerpo reposando en un incomodo sillón de felpa(muy parecido al de un colectivero), padeciendo prácticamente un ataque de claustrofobia y con una gruesa y particular voz en off diciendo: “Gastón... Eustaquia... conózcanse.”