20 de noviembre de 2007

Queridos “muchachos del camión”:

Mi nombre es Gaston Lesende y vivo en la calle Formosa 1251 (entre San Martin y Fray Julian Lagos) en el barrio de Lanús Oeste (no continúe su lectura sin antes tomar nota de los datos mencionados en la ultima oración) y me comunico con ustedes por medio de esta vía (info@covelia.com.ar), y con cientos de miles de personas a través de mi pagina personal (www.laotranoche.blogspot.com) para hacerles llegar mi historia / reclamo / queja / amenaza.

El problema es que todos (o prácticamente todos) los días de la semana su camioncito realiza las tareas rutinarias de compactación en la ventana de mi cuarto (por suerte del lado de afuera). El paso del móvil por estos lugares se realiza habitualmente en el horario que va desde las 4:30 hasta las 6:00, momento en el cual, casualmente, me encuentro en la franja de las 4 o 5 horas que mi rutina me permite dormir. También casualmente, mis familiares y vecinos se encuentran durmiendo en ese instante.

¿Cómo poder explicar la sensación en ese momento...? Silencio absoluto... hasta los grillos están durmiendo... los coches no pasan... el ruido del viento moviendo los arbolés es mucho más que una canción de cuna... y de repente... ¿Alguna vez le metieron un taladro neumático en el recto? Bueno, creo que esa es la sensación que mejor describe ese momento.

Realmente esto me parece un despropósito, sobre todo teniendo en cuenta que yo, y casualmente mis vecinos también, vivimos en un barrio que se compone en un 65% de fabricas, almacenes y otros galpones, donde el ruido no molestaría mas que a algún que otro perro callejero. De hecho, exactamente a la vuelta de mi casa, no hay ni un solo hogar de familia.

En 2 de los 4 párrafos anteriores están perfectamente descriptas las soluciones posibles al problema (una por párrafo). Se puede modificar el horario de los camiones, para que pasen mas tarde, o bien se puede cambiar el lugar de compactación, haciéndolo, por ejemplo, exactamente a 100 metros de donde se hace ahora.

Si después de todo esto usted sé esta preguntando dónde esta la amenaza arriba mencionada, por favor lea la próxima oración. Si persisten en compactar en mi ventana el precioso camión violeta va a terminar en el instituto del quemado, porque voy a salir con una bomba molotov y no van a quedar ni las cenizas.





Saluda a ustedes muy atte:
Gaston “somnoliento” Lesende




Las sobras de anoche